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TÖNPA SHENRAB: FUNDADOR ANCESTRAL DEL BÖN

Tal vez resulte sorprendente para el lector la afirmación de que el Bön es un sistema religioso budista que no procede directamente del Buda Shakyamuni, sino de un remoto ser iluminado llamado Tönpa Shenrab, que vivió en una época muy anterior. Cuando se examinan las enseñanzas de esta tradición, no cabe duda de que el Bön se halla plenamente inserto en el marco filosófico del budismo puesto que comparte con el resto de sus escuelas nociones fundamentales como la falta de identidad absoluta de todos los fenómenos externos e internos, la formulación de votos y plegarias para la salvación de todos los seres sin excepción y también por la alta consideración que recibe el estilo de vida monacal.

Así pues, los lamas bönpo no consideran al príncipe indio Siddhartha Gautama como el origen de sus enseñanzas, sino que se remontan mas atrás en el tiempo, hasta otro príncipe llamado Tönpa Shenrab Miwoche, que vivió hace más de 18.000 años en un lejano país llamado Olmolungring. El título tönpa significa “maestro” mientras que el nombre Shenrab Miwo quiere decir “el hombre que es el Shen supremo”. Algunos estudiosos relacionan el arcaico término shen con la palabra “shaman”.

La figura de Tönpa Shenrab posee una tradición hagiográfica que no tiene nada que envidiar a la del Buda Shakyamuni y, junto a los impresionantes ciclos biográficos de Gesar de Ling y de Padmasambhava, constituye uno de los más grandes exponentes de la literatura épica tibetana. Las doce grandes acciones de la vida arquetípica de Tönpa Shenrab son: nacimiento, difusión de las enseñanzas, subyugación y conversión de los seres, rescate de los seres de los reinos inferiores, casamiento, manifestación de su progenie, victoria sobre el rey de los demonios, renuncia al mundo, retiro a la soledad, logro de la liberación y obtención de la realización última.

Tönpa Shenrab tuvo varios hijos pero, a la edad de treinta y un años, renunció completamente a la vida mundana consagrándose a la práctica y la enseñanza de las doctrinas religiosas hasta que falleció a la edad de ochenta y dos años. A lo largo de su existencia, sus esfuerzos para propagar la doctrina del Bön se vieron obstaculizados por un gran demonio llamado Khyabpa Lagring, quien por todos los medios se esforzaba en destruir la obra de Tönpa Shenrab hasta que, finalmente, fue subyugado y convertido en discípulo. En cierta ocasión en que se hallaba persiguiendo a dicho demonio para recuperar unos caballos robados, arribó a lo que actualmente es el Tíbet. Ésta fue su única visita al país pero, dado que los habitantes del lugar no estaban preparados para recibir enseñanzas avanzadas de meditación, sólo les transmitió algunas instrucciones acerca de ritos funerarios y exorcismos. Antes de abandonar el lugar, profetizó que todas sus enseñanzas florecerían cuando arribara el momento oportuno.

Olmolungring, el reino donde nació Tönpa, es un lugar secreto —similar al reino de Shambhala— incluido en un país mucho más amplio, llamado Tazig, que los estudiosos identifican con la antigua Persia o, al menos, con la zona de influencia persa en Asia Central, donde en épocas remotas se hablaban idiomas como el avesta o el sogdiano. Según el texto tibetano titulado gZi-brjid, Olmolungring también es conocida en sánscrito como Shambhala, nombre con el que continúa siendo evocada por los budistas de la actualidad. En el texto recién citado se afirma que la tierra oculta de Olmolungring no alude a un dominio celestial, sino que se halla en nuestro plano físico. Sin embargo, Olmolungring posee un estatus ontológico diferente al de otras zonas geográficas ordinarias ya que se trata de una “tierra oculta” (beyul) a la que sólo pueden acceder los seres realizados y habitada por los guardianes de la sabiduría (vidyadharas). Este tipo de tierra secreta no puede ser localizado a través de un satélite ni visto desde un avión. Forma parte de nuestra geografía física —puesto que está localizado en el antiguo Tazig—, pero también se halla inmerso en otra dimensión espaciotemporal completamente distinta. Se afirma asimismo que Olmolungring es indestructible puesto que, al final de los tiempos, cuando el mundo sea consumido por el fuego, ascenderá al cielo para fundirse allí con su arquetipo celestial.

Hay que precisar que, antes de descender a la tierra, Tönpa Shenrab habitaba con sus dos hermanos —uno de los cuales era el Buda Shakyamuni en su anterior existencia— en la estrella conocida como Sidpa Yesang (srid-pa ye-sangs), donde era príncipe de la raza que dominaba el planeta y maestro de distintas disciplinas espirituales como el tantra y el dzogchen. Al descender a la tierra —según relata la leyenda, con la forma de un pájaro cuco, el heraldo de la primavera y un símbolo central del dzogchen—, Tönpa Shenrab encarnó en la raza de los dMu-shen (dmu-gshen), una raza de seres celestiales que, tras mezclarse con los seres humanos, se convirtieron en los ancestros de varias dinastías reales de Asia Central. Según la cronología tradicional o la denominada “datación de los dioses”, estos hechos tuvieron lugar hace aproximadamente unos dieciséis mil años o mil seiscientos años de acuerdo a la medición cronológica humana.

Tanto en épocas pasadas como en la actual, se han difundido persistentes rumores de que existe una hermandad secreta formada por seres iluminados que poseen grandes conocimientos y poder y que, ocultos en algún remoto lugar de Asia Central se dedican a preservar la antigua sabiduría que fue revelada en los albores de la especie humana. Esta sabiduría procedía originalmente de más allá de las estrellas, el mismo hogar celestial del que un día partieron los espíritus que hoy en día se hallan encerrados en estos cuerpos de carne material. Sin embargo, esta misteriosa tierra central donde descendieron los dioses por vez primera permanece velada a los ojos de las personas inmaduras que no han purificado su visión kármica condicionada.

Las enseñanzas del Yungdrung Bön

La doctrina enseñada por Tönpa Shenrab y recogida en las tres recensiones de su vida es lo que se conoce, en la actualidad, como los Nueve Vehículos del Bön y también como los Cinco Tesoros, doctrinas que abarcan desde rituales —como rescate del alma, geomancia, equilibrio de los elementos, etcétera—, pasando por cosmología, psicología, epistemología, tantra y, muy especialmente, el sistema de la Gran Perfección (dzogchen).

La tradición del Bön es depositaria de prácticas mágicas y espirituales muy variadas. Tanto las enseñanzas del Bön como las del budismo están subdivididas en los llamados sistemas causales y los vehículos resultantes. En ese sentido, una sensible diferencia con las enseñanzas budistas de origen indio son las prácticas y métodos que encontramos en los llamados vehículos causales. Las enseñanzas de sutra, tantra y dzogchen pertenecen a los vehículos resultantes y son puramente espirituales, siendo su meta es la liberación del samsara —el ciclo del sufrimiento y las existencias condicionadas— y el logro de la iluminación. Sin embargo, los vehículos causales del Bön incluyen enseñanzas sobre distintos rituales, adivinación, astrología, geomancia, protección, exorcismo, medicina, etcétera, procedentes del estrato cultural arcaico formado por las distintas tradiciones chamánicas centroasiáticas. Todo ese material relacionado con la vida en el mundo y no con su abandono ha sido preservado en el Bön junto a las enseñanzas superiores que conducen a la liberación del ciclo del sufrimiento o samsara. No obstante, todas las escuelas del budismo tibetano sin excepción acabaron adoptando estas prácticas indígenas procedentes del Bön en sus cultos de las deidades tutelares, así como las prácticas mágicas de ritos de exorcismo, oráculos, sanación, etc.

Hay estudiosos que, a la vista de la similitud existente entre las enseñanzas budistas y las doctrinas del Bön, concluyen precipitadamente que éstas deben ser una copia de las primeras. Pero la cuestión no resulta tan sencilla si tenemos en cuenta por ejemplo que las escrituras de la Prajñaparamita de la tradición Bön superan en diez volúmenes a las conservadas en el canon budista tibetano, con lo que difícilmente pueden ser una mera copia.

Los nueve caminos del Bön

Existen diferentes maneras de ordenar las enseñanzas del bön, pero las más habituales son las clasificaciones conocidas como los Nueve Caminos y los Cinco Tesoros. La primera de ellas es como sigue:

1. Chasen thegpa, el Camino del Shen de la Predicción, describe cuatro diferentes formas de predicción: adivinación, astrología, ritual y examen de causas.
2. Nangchen thegpa, el Camino del Shen de la Manifestación Visible, expone el origen y la naturaleza de los dioses y demonios y los distintos métodos de exorcismo y comunicación.
3. Trulshen thegpa, el Camino del Shen del Poder Mágico, explica los ritos para vencer a los poderes adversos.
4. Sichen thegpa, el Camino del Shen de la Existencia, trata del estado posterior a la muerte e incluye métodos para guiar a los seres hasta la liberación o, al menos, a una reencarnación favorable.
5. Genyen thegpa, el Camino del Practicante Laico Virtuoso, constituye una guía para la aplicación de las diez virtudes y las diez perfecciones.
6. Dransong thegpa, el Camino de los Sabios, contiene las reglas de la disciplina monástica.
7. Akar thegpa, el Camino de la A Blanca, explica las prácticas y rituales de los tantras superiores.
8. Yeshen thegpa, el Camino del Shen Primordial, insiste en la necesidad de un maestro preparado, el lugar, el momento propicio para llevar a cabo las prácticas tántricas, explica los mandalas detalladamente así como las instrucciones para la visualización de las deidades.
9. Lame thegpa el Camino Insuperable, concierne al logro más elevado a través del sendero del Dzogchen o Gran Perfección.

La segunda clasificación se denomina Gozhi Dzonga, los Cuatro Portales y el Tesoro del Quinto.

1. Chab-kar, Aguas Blancas, contiene las prácticas tántricas superiores.
2. Chab-nag, Aguas Negras, consta de múltiples rituales (sanación, purificación, magia, pronóstico, adivinación, funerales, etcétera).
3. Phanyul , Tierra de Phan, explica las reglas para monjes, monjas y laicos y expone las diferentes doctrinas filosóficas.
4. Ponse, la Guía de los Maestros, instruye en ejercicios psicoespirituales y prácticas sobre la meditación de la Gran Perfección.
5. Thothog, el Tesoro, resume los aspectos esenciales de los cuatro portales.

El panteón religioso

El panteón
Bön, al igual que el de las otras escuelas del budismo tibetano, contiene gran número de deidades. Cada ciclo ritual tántrico cuenta con su grupo completo de deidades y sus métodos rituales correspondientes. Cierta clasificación subidivide a las deidades en tres grupos: las pacíficas, las iracundas y las feroces. Por su parte, la cosmogonia bönpo describe grupos de deidades de la luz y de la oscuridad. Las deidades de más alto grado son Kuntuzangpo, el Bönku, correspondiente al Dharmakaya del budismo; Shenla Odkar (el Sambhogakaya) y Tönpa Shenrab, el Nirmanakaya y el maestro de la era presente. La deidad femenina más importante es Jamma —la Madre Amorosa—, también llamada Satrig Ersang. Entre las deidades guardianas conocidas como los Protectores del Mundo, la más importante es Sripe’i Gyalmo (Reina de la Existencia), la guardiana femenina de las enseñanzas bönpo, y Midu, el guardián masculino del monasterio de Menri. Una división mas general de las deidades distingue entre las supramundanas —dioses de las esferas superiores— y los semidioses y deidades menores, quienes actúan en el marco de este mundo. Al segundo grupo pertenecen todos los dioses de las montañas, dioses locales, demonios malignos, demonios femeninos y otros espíritus como los Dre, Sri, Naga, etcétera.

Diferentes transmisiones de dzogchen

El Bön no sólo es el depositario de diferentes transmisiones de dzogchen sino que esta doctrina contemplativa recibe muy alta estima en esta escuela, muy por encima del Sutra y del Tantra. Así como en la tradición budista tibetana solemos encontrar las enseñanzas del dzogchen mezcladas con las enseñanzas del Tantra, el Bön, en cambio, posee transmisiones de puro dzogchen y enfatiza la práctica de este sendero. Tradicionalmente, en el Bön, las enseñanzas del dzogchen se subdividen en tres transmisiones conocidas, respectivamente, como A-rdzogs-snyan-rgyud (es decir, las transmisiones de A-khrid, Dzogchen y Zhang-zhung Nyan Gyud).

El sistema del A-khrid fue formalizado, durante el siglo XI, por Dampa Meu Gongjad Ritro Chenpo (1038/1096), quien descubrió en forma de terma las instrucciones originales del ciclo de enseñanzas del Khro rgyud de Tönpa Shenrab. A-khrid significa, literalmente, la instrucción de la A. Esta sílaba representa al estado primordial incondicionado o el estado natural de la mente. Se corresponde con la serie del semde del dzogchen budista.

El sistema denominado Dzogchen chen yang rtse’i klong chen fue descubierto por el tertön Zhödtön Ngedrub Dragpa, en el año 1088, como parte de un terma llamado Lho-brag-ma y se supone que este ciclo de enseñanzas fue compuesto por Lishu Tagrings, otro de los siddhas que, según la tradición, participó en la transmisión del Bön al Tíbet durante el siglo VIII.

El linaje del Zhang-zhung Nyan-gyud, por último, también procede de Tönpa Shenrab y constituye una transmisión ininterrumpida que se ha mantenido vigente hasta nuestros días. Ni siquiera cuando el Bön fue proscrito y desterrado del Tíbet —durante el reinado del monarca budista Trisongdetsen— el linaje de Zhang-zhung fue prohibido sino que recibió la protección real. Es por eso que dedicaremos la segunda parte del libro a este sistema específico. El último maestro de este linaje nacido en Zhang-zhung fue Tapirhritsa, un ser semilegendario quien, bajo la guisa de un niño de ocho años, transmitió los preceptos del dzogchen a su principal discípulo, Gyerpungpa, a la sazón sacerdote en la corte de la viuda de Limingya, el último rey de Zhang-zhung. El encuentro entre Tapihritsa y Gyerpungpa constituye otro de los hitos de la hagiografía tibetana que merece una especial atención ya que contiene las enseñanzas fundamentales del dzogchen.

El reino de Zhang-Zhung

Como hemos dicho, el legendario reino de Zhang-zhung es uno de los lugares donde se difundieron las doctrinas del Yundrung Bön, muchos siglos antes de implantarse definitivamente en el Tíbet. Las primeras escrituras Bon fueron traducidas del lenguaje de Zhang-zhung al tibetano. Los trabajos contenidos en el canon bönpo como sabemos hoy están escritos en tibetano, pero hay muchos, especialmente los más antiguos, que conservan los títulos y en ocasiones pasajes enteros escritos en el lenguaje de Zhang-zhung.

A diferencia de otras tierras ocultas más o menos legendarias, el reino de Zhang-zhung está perfectamente localizado geográfica e históricamente, ocupando una amplia área que abarcaba desde Gilgit, situada al oeste, hasta el lago Namtsho, en el este; y desde Khotan, en el norte, hasta el Mustang, al sur. En lo que respecta a su ubicación temporal el reino de Zhang-zhung perduró hasta el siglo VIII, fecha en la que fue anexionado definitivamente al imperio tibetano.

Hasta hace muy poco tiempo las únicas referencias existentes en torno a este reino perdido en la noche de la historia eran las que aparecían en los textos tibetanos de la tradición Bön atesorados en lejanas lamaserías. Zhang-zhung es mencionado frecuentemente en textos tibetanos antiguos como el reino original del Tíbet central y occidental. Sólo en las últimas dos décadas los arqueólogos han recibido permisos para hacer su trabajo arqueológico en las áreas donde se supone estuvo ubicado el reino de Zhang-zhung. Asimismo, el exilio de los sacerdotes Bönpo a la India, a consecuencia de la invasión comunista del Tíbet, ha sacado a luz una gran cantidad de información histórica acerca de Zhang-zhung que había sido obviada hasta la fecha.

De ese modo, desde hace algunos años, los trabajos de campo llevados a cabo por el arqueólogo estadounidense John Belleza están demostrando, cada vez con mayor plausabilidad, la existencia histórica de Zhan-zhung. Este investigador ha detectado distintos yacimientos arqueológicos esparcidos en un área muy extensa, sacando a la luz importantes vestigios de fortalezas, terrazas, muros, pilares megalíticos, petroglifos, pinturas, estructuras religiosas en cuevas, etcétera. A través de Zhang-zhung, que estaba geográficamente situado cerca de los grandes centros culturales de Central Asia, como Gilgit y Khotan, muchas ideas religiosas y filosóficas se infiltraron en el Tíbet.

Los habitantes de Zhang-zhung hablaban un lenguaje propio, perteneciente al grupo tibetanobirmano de las lenguas sinotibetanas y del que fueron traducidos al tibetano numerosos tratados sobre religión, astrología, geomancia, medicina, etcétera. Hay que precisar a este respecto que, así como los mantras de la tradición budista tibetana proceden del sánscrito, los del Bön se derivan del lenguaje de Zhang-zhung. La hipótesis de que la formación de la escritura tibetana tuvo lugar a partir del sánscrito está siendo, hoy en día, seriamente revisada. Son muchos los textos bönpo tibetanos que recogen fragmentos escritos en el antiguo lenguaje de Zhang-zhung.

La capital de Zhang-zhung era un lugar llamado Khyunglung Ngulkhar, "El Palacio de Plata del Valle del Garuda", cuyas ruinas aún pueden ser contempladas en la parte superior del valle de Sutlej, al sudoeste del monte Kailash. No podemos olvidar la importancia del monte Kailash y del lago Manasarowar como principal centro religioso de las tres religiones más importantes de la India: jainismo, hinduismo y budismo. De hecho, para los hinduistas, es la morada de Shiva y el lugar de donde proceden todas sus enseñanzas espirituales. Para los budistas, el Kailash es la morada de Chakrasamvara, una de las manifestaciones tántricas del Buda. Mencionaremos que, según el estudioso Elías Capriles, también fue un lugar central de peregrinación para los zurvanistas persas cuyo dios supremo era Zurván, dios del tiempo y del destino, también llamado espacio (en pahlavi, swash, o spihr, y zaman): "él era la personificación divinizada del tiempo infinito y el espacio indiviso". Hoy en día, cada vez más estudiosos (como, por ejemplo, Giuseppe Tucci o John Reynolds) comparten la opinión de que, en diferentes zonas de Asia Central, se llegó a practicar una especie de budismo sincrético con elementos tanto indios como iranios. El reino de Zhang-Zhung

Como hemos dicho, el legendario reino de Zhang-zhung es uno de los lugares donde se difundieron las doctrinas del Yundrung Bön, muchos siglos antes de implantarse definitivamente en el Tíbet. Las primeras escrituras Bon fueron traducidas del lenguaje de Zhang-zhung al tibetano. Los trabajos contenidos en el canon bönpo como sabemos hoy están escritos en tibetano, pero hay muchos, especialmente los más antiguos, que conservan los títulos y en ocasiones pasajes enteros escritos en el lenguaje de Zhang-zhung.

A diferencia de otras tierras ocultas más o menos legendarias, el reino de Zhang-zhung está perfectamente localizado geográfica e históricamente, ocupando una amplia área que abarcaba desde Gilgit, situada al oeste, hasta el lago Namtsho, en el este; y desde Khotan, en el norte, hasta el Mustang, al sur. En lo que respecta a su ubicación temporal el reino de Zhang-zhung perduró hasta el siglo VIII, fecha en la que fue anexionado definitivamente al imperio tibetano.

Hasta hace muy poco tiempo las únicas referencias existentes en torno a este reino perdido en la noche de la historia eran las que aparecían en los textos tibetanos de la tradición Bön atesorados en lejanas lamaserías. Zhang-zhung es mencionado frecuentemente en textos tibetanos antiguos como el reino original del Tíbet central y occidental. Sólo en las últimas dos décadas los arqueólogos han recibido permisos para hacer su trabajo arqueológico en las áreas donde se supone estuvo ubicado el reino de Zhang-zhung. Asimismo, el exilio de los sacerdotes Bönpo a la India, a consecuencia de la invasión comunista del Tíbet, ha sacado a luz una gran cantidad de información histórica acerca de Zhang-zhung que había sido obviada hasta la fecha.

De ese modo, desde hace algunos años, los trabajos de campo llevados a cabo por el arqueólogo estadounidense John Belleza están demostrando, cada vez con mayor plausabilidad, la existencia histórica de Zhan-zhung. Este investigador ha detectado distintos yacimientos arqueológicos esparcidos en un área muy extensa, sacando a la luz importantes vestigios de fortalezas, terrazas, muros, pilares megalíticos, petroglifos, pinturas, estructuras religiosas en cuevas, etcétera. A través de Zhang-zhung, que estaba geográficamente situado cerca de los grandes centros culturales de Central Asia, como Gilgit y Khotan, muchas ideas religiosas y filosóficas se infiltraron en el Tíbet.

Los habitantes de Zhang-zhung hablaban un lenguaje propio, perteneciente al grupo tibetanobirmano de las lenguas sinotibetanas y del que fueron traducidos al tibetano numerosos tratados sobre religión, astrología, geomancia, medicina, etcétera. Hay que precisar a este respecto que, así como los mantras de la tradición budista tibetana proceden del sánscrito, los del Bön se derivan del lenguaje de Zhang-zhung. La hipótesis de que la formación de la escritura tibetana tuvo lugar a partir del sánscrito está siendo, hoy en día, seriamente revisada. Son muchos los textos bönpo tibetanos que recogen fragmentos escritos en el antiguo lenguaje de Zhang-zhung.

La capital de Zhang-zhung era un lugar llamado Khyunglung Ngulkhar, "El Palacio de Plata del Valle del Garuda", cuyas ruinas aún pueden ser contempladas en la parte superior del valle de Sutlej, al sudoeste del monte Kailash. No podemos olvidar la importancia del monte Kailash y del lago Manasarowar como principal centro religioso de las tres religiones más importantes de la India: jainismo, hinduismo y budismo. De hecho, para los hinduistas, es la morada de Shiva y el lugar de donde proceden todas sus enseñanzas espirituales. Para los budistas, el Kailash es la morada de Chakrasamvara, una de las manifestaciones tántricas del Buda. Mencionaremos que, según el estudioso Elías Capriles, también fue un lugar central de peregrinación para los zurvanistas persas cuyo dios supremo era Zurván, dios del tiempo y del destino, también llamado espacio (en pahlavi, swash, o spihr, y zaman): "él era la personificación divinizada del tiempo infinito y el espacio indiviso". Hoy en día, cada vez más estudiosos (como, por ejemplo, Giuseppe Tucci o John Reynolds) comparten la opinión de que, en diferentes zonas de Asia Central, se llegó a practicar una especie de budismo sincrético con elementos tanto indios como iranios.

Zhang-zhung fue una nación independiente hasta el advenimiento de los grandes reyes del Tíbet que, aparte de introducir el budismo en el país, expandieron su dominio por diferentes zonas de Asia. El país estaba gobernado por una dinastía de reyes que acabó en el siglo IX a.C., cuando el último rey, Ligmincha (Lig min skya), fue asesinado por orden del rey del Tibet y Zhang-zhung fue anexionado militarmente al Tíbet. A partir de esa época, Zhang-zhung fue tibetanizándose gradualmente y su lenguaje, cultura y muchas de sus creencias han sido integradas en el marco general de la cultura tibetana.

La suerte del Bön en el Tíbet

El Bön pasó por distintas vicisitudes en el Tíbet. El primer contacto de los tibetanos con el Bön fue a través de Tönpa Shenrab quien, persiguiendo unos caballos que le había robado el demonio Kyabpa Langri, arribó al país y enseñó a sus habitantes algunos rudimentos sobre chamanismo puesto que éstos no estaban preparados para doctrinas superiores. La introducción oficial del Bön tuvo lugar durante el reinado del primer rey Nyatri Zangpo que, según la tradición, había descendido del cielo y recibido las enseñanzas del ciclo del tantra paterno reveladas en Tazig.
En el año 683 a.C., el rey Drigum Tsampo llevó a cabo la primera persecución originada en su temor ante el creciente poder de los clérigos bönpo. En ese momento, muchos sabios de esta tradición se reunieron en el oeste del Tíbet y decidieron enterrar gran parte de sus enseñanzas bajo la forma de tesoros espirituales (terma), muchos de los cuales fueron descubiertos principalmente durante los siglos X y XI de nuestra era. Después de esto, Drigum Tsangpo fue engañado por un ministro y cortó el cordón de arco iris (dmu’thag) que, según reza la leyenda, unía a los antiguos reyes tibetanos con el cielo. Todos los reyes de la raza Mushen poseían este camino de arco iris que les unía directamente a su hogar situado en las estrellas. De ese modo, cuando el rey moría, su cuerpo se disolvía en luz y regresaba a su morada celestial. Sin embargo, dado que Drigum Tsangpo había cortado su conexión de arco iris, su cadáver no desapareció y necesitó, en consecuencia, de un ritual funerario. Fue el hijo de Drigum Tsangpo quien llamó nuevamente a los sacerdotes bönpo de los países adyacentes para realizar los ritos funerarios reales. Esta pequeña digresión viene a colación por su relación con la parte de las enseñanzas del dzogchen que también hablan de la disolución en el cuerpo de luz durante el momento de la muerte.
La segunda persecución tuvo lugar durante el siglo VIII, en la época de la instauración del budismo en el Tíbet, por parte del rey Tsongtsengampo quien, obligado por los partidarios de la modalidad india del budismo, ofreció a los bönpo la alternativa del destierro o su conversión al budismo. Hay que señalar que uno de los veinticinco discípulos íntimos de Padmasambhava, llamado Drenpa Namkha, fue uno de estos conversos.

Hay que tener en cuenta que la evolución histórica del Bön en el Tíbet posterior a la época imperial fue paralela a la evolución de escuelas del budismo tibetano. De ese modo, durante el período en el que reinó el supuesto rey bönpo, Langdarma, esta tradición no recibió ningún beneficio especial ni experimentó una expansión por encima de las escuelas budistas. De hecho, el renacimiento del budismo, acaecido durante el siglo X, también fue acompañado por un renacer paralelo de la escuela Bön. Es en esta época, por ejemplo, cuando se sistematizan las enseñanzas y también el período en el que se comienzan a descubrir los tesoros espirituales más importantes. Por otra parte, aunque no cabe duda de que la estructuración de las enseñanzas bonpo y de la vida monacal, acaecida durante los siglos X y XI, debe mucho al budismo, sin embargo, creo que sería más correcto considerar que el Yungdrung Bön ha recibido influencias tanto budistas como de otras religiones importantes de Asia Central.